Canto VIII
Se ve tu rostro oscuro
bajo las cascadas de luz
desprendidas por sauces de otoño.
Fría herrumbre, nostalgias arrepentidas
vierten marrones aguas,
lágrimas de los llorones,
de los tristes robles apagados.
Tus ojos verdes perecieron
en otoño, con la lluvia en las ventanas
resbalando como lágrimas
que van a parar a la mar.
Perdidas. Trocitos del alma
apagados en la noche
por el frío otoño.
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martes, 21 de abril de 2015
martes, 14 de abril de 2015
Canto VII - Masía de amores
Canto VII
El tiempo perdió su tímida bravura
en ciénagas amarillentas de claveles.
El viento olvidó el frío minutero
entre la espuma dulce del oleaje calmo.
Iluminó el cielo en miradas hacia delante
de quien quiere, soñando, escapar con la brisa
desaparecida en los pliegues de la comisura
abierta en tus finos dedos.
Esos, imaginan poder agarrar el cielo,
que dejan fluir llantos natales de la luna.
Se encharca en páramos de cancerberos
imaginarios, pues el viento dejó de soplar,
Los minutos quisieron dejar de correr
desbocadamente hacia ningún lugar.
El tiempo perdió su tímida bravura
en ciénagas amarillentas de claveles.
El viento olvidó el frío minutero
entre la espuma dulce del oleaje calmo.
Iluminó el cielo en miradas hacia delante
de quien quiere, soñando, escapar con la brisa
desaparecida en los pliegues de la comisura
abierta en tus finos dedos.
Esos, imaginan poder agarrar el cielo,
que dejan fluir llantos natales de la luna.
Se encharca en páramos de cancerberos
imaginarios, pues el viento dejó de soplar,
Los minutos quisieron dejar de correr
desbocadamente hacia ningún lugar.