Páginas

miércoles, 5 de agosto de 2015

La Bestia I de II

I. La bestia no sabe ser correcto, no sabe estar rodeado de gente a la que no domina. La bestia no sabe sonreír. La bestia no sabe ni llega a ver el telón de sus mentiras desgarrarse.

La bestia no se encariña, ni besar con amor, ni mirar con ojos enamorados.

La bestia domina, muerde los labios que le contrarían, mira con ojos controladores.

La bestia se cree invisible tras esos ojos sin vida.

Nadie ve los verdaderos ojos, los que reflejan el odio hacia su alrededor, los que se ocultan bajo la falsa pupila. Sus intenciones inciertas, sus rugosas manos agarrando el fino cuello, que ha visitado varias veces ya el hospital con fracturas, ese cuello frágil e impúber no aguantará mucho más; la bestia lo sabe y lo zarandea con más ímpetu, causando mayor terror en los acuosos ojos claros de esa niña.
No le importa, ella lleva su carne bajo la piel y su sangre bajo la carne y, la bestia, parece querer recuperarlo, apagar el cuerpecito estático en constante pavor.

En aquel día nublado con finas lloviznas se apagaron aquellos ojos acuosos apenas nacidos, y la bestia no derramó ni una lágrima, entorno la fría mirada buscando entre sus manos otro cuello amoratado.

La bestia nunca duerme.


(Todas las entradas iban a llevar imagen pero no me deja subir, me pone bad request al clicar en insertar imagen)

2 comentarios:

  1. Un texto duro, muy duro, pero me ha encantado.
    Un beso ^^

    ResponderEliminar
  2. Simplemente oscuro y genial! Como a mí me gustan. Lograste dar un clima nostalgico y de inexorabilidad, que espero que conlcuya en la segunda parte.

    Te mando un beso Cris
    y me alegro que hayas regresado.

    ResponderEliminar