En las márgenes del Tiétar
Enhebran juncos enhiestos el aire
Viajante de morrales de pan duro,
Morada de águilas obscuras
De dilatados ramales verdes.
Espigas marrones en zarzales
Arden iluminando sobre vallas
Las veredas donde flota la luna.
Abrigan las alforjas vacías
Recostadas en las costillas de mulos
Que buscan seguir el camino recto
En el alabeo de espaldas curtidas
De trabajar campos yermos,
Que del pasar de los años llevan por dentro
Los labriegos que viven al sol.
Un abrazo!
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