Trenzo tu olor en páramos ocultos
de los cuervos posados en sauces
que perpetuamente suspiran por tus carnes tibias.
Nos refugiamos en llanuras ensombrecidas
con la piel dulce y suave de tus piernas,
con tu cuerpo sobre el mío,
cuando las águilas de mis entrañas
me intentan alertar
de que el cielo se oscurece
con tu triste semblante.
La esfera añil colmada de migajas
húmedas, arrancan la incandescencia
de tus luceros de aceitunado hielo fundido.
Y la luna me insinúa:
en pozos de lágrimas estás tú olvidada
en mis reflexiones, por recordarte demasiado
y verte tan poco.
En las formas que te miro
no tengo condiciones; Sólo anhelos
desidiosos de arrullar a tu cabello
que enarbola en mi voz
cuando ya no me quedan quehaceres
en el amparo de tus senos.
¿Qué pretende la luna llena
que carcome y horada mi busto
pululante de tu aroma cautivo;
Qué tiene la luna menguante
cuando arranca mi sonrisa
y me oscurece,
qué tiene que me rodea de aguaceros
en días soleados del estío?
¿Porqué no me siento ya
“drento” de tus íntimos deseos,
en tus invernales ceremonias
con trajes zurcidos de tu tez clara,
porqué no me siento ya
asolado en las noches por las cachavas
arrancadas de mis huesos cochambrosos?
Dime, lucero de las noches;
¿Cuál es la razón de que
todavía “en el mío recuerdo” estés,
con un vestido enhebrado con lamentos
del celaje apesadumbrado?
Me arrancas las ubres de escasa vida
para darme de amamantar
de sus senos,
en las profundas ciénagas
de barro estuoso, ardiente,
postradas bajo las faldas
que contienen el vergel
de tus rosados muslos.
¿Tendré de nuevo que gritar
a mis celestes amores,
golpearlos con mi duro cayado
para arrancar las nebulosas lejanas
que te tienen presa del olvido en mi designio
de llevarte a un mundo de verdes jardines,
iluminados por lunas del día;
llamaradas de tu mirada,
de tu clara figura?
Vuélveme a recorrer
con tus preciosos ojos;
¡Ojos verdes…!
oooo me encanto el nuevo look del blog te ha quedado hermoso :D
ResponderEliminarEl poema sublime, maravilloso como siempre
Un saludo enorme desde Chile