Se anegaron mis pasos de raída melancolía, desde que tu te fuiste me sabe a mar, y la boca me pide que busque tus besos dulces para sacarme esta secadez que me corroe como litio recorriendo las venas de mis brazos.
Bajo mis ojos ennegrecidos las ojeras se están lanzando al abismo de mis llantos ahogados, normalmente, con el humo inundándome los pulmones.
Y el jack daniels rasgándome la garganta.
Me corroen las madrugadas tu recuerdo, que no solo es uno pues son uno por cada hebra de tu pelo que al girarte en la cama a mirarme inundaba mi olfato con dulce coco y jazmín.
Cada vez tengo el amanecer mas cerca de los talones, y casi no quedan calles grises donde hundirme. Y el litio de mis venas pesa más con cada amanecer, y el bourbon cada vez me aligera menos.
¿volverás?
Esta genial
ResponderEliminarTienes un premio en mi blog
un beso
Me he dejado llevar de blog en blog y he aparecido en el tuyo.
ResponderEliminarEsa espera y esa incertidumbre sobre si todas las madrugadas velando su "llegada" han servido de algo, es algo que desespera y va rasgando la esperanza poco a poco.
Sin duda tú lo explicas de una manera de lo más certera y real...
Gracias por escribir así. Es un alegría encontrarme con rincones como el tuyo.
Un beso enorme solete
Queda la incógnita de su regreso.... (esta historia continuará...¿no?
ResponderEliminarBesos anisados que hagan corto con el sabor del J. Daniels : )